jueves, 1 de diciembre de 2016

ETERNO MOZART, NUEVO LIBRO DE ÓSCAR AGUIRRE GÓMEZ

Por Iván Herrera Michel
                

Portada del libro
De nuevo hay que resaltar la contribución que a la literatura de la Orden hace desde la ciudad de Pereira un escritor Masón.  Y aunque la actividad literaria primordial de Oscar Aguirre Gómez está dirigida al cuento, el ensayo y la poesía, su producción de contenido Masónico sigue siendo considerable. 
           
El libro “Eterno Mozart” sale a la luz pública en el mes de mayo de 2016 y consta de siete ensayos, de los cuales tres se ocupan con profusión de datos y análisis del paso del genio de Salzburgo por la Masonería y de su abundante contribución a la Orden a la que estuvo fuertemente vinculado durante los últimos siete años de su vida: “Mozart y la Masonería”, “Círculo Masónico de Mozart”, y “La Flauta Mágica”. 
            
Llama la atención la manera creativa como en la construcción del texto (280 Págs.) se combinan los ensayos con tres cuentos alrededor de la figura de Mozart: “Encuentro en Sol Menor”, “Mozart en Praga” y “El adiós”.
              
Pocos Masones en el mundo han hecho derramar tanta tinta y han sido objeto de tantos análisis como Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 - Viena, 1791).  De hecho, es uno de los compositores más prestigiosos y notorios de la historia.  En clave Masónica Oscar Aguirre define así la fascinación que ha despertado su obra:
              
Oscar Aguirre Gómez

“¿Por qué tanta insistencia acerca de Mozart? Porque la Belleza es uno de los pilares del Templo del Universo, y la hallamos a través de la obra del genio.  Me acerco, repito, con respeto a Mozart, pues su arte es el resultado de la más fina elaboración; de una dimensión luminosa percibida a través del filtro de su genio.  Su música poderosa es el tránsito hacia altas esferas… Mozart es el reflejo de lo que el hombre puede alcanzar si hace a un lado la montaña que obstaculiza su visión cotidiana… es el receptor privilegiado de la música, templo invisible y portentoso, construido sin ruido de herramientas… Mozart es una incógnita”. 
              
Nos reencuentra el libro con “La Flauta Mágica” que no nos cansamos de degustar, una admirable pequeña pieza de teatro popular en solo dos actos, propia de la cultura alemana, de las que llaman “singspiel” (emparentada con la ópera cómica francesa, la opera balada inglesa y la zarzuela española), un poco simple y con diálogos más bien hablados.  Su complejidad surge cuando tratamos de interpretarla, más allá de un cuento de hadas o de lo bufo, como una descripción de la Iniciación Masónica según la versión del siglo XVIII del Rito Zinnendorf.  En ella, Mozart compuso la música al libreto escrito por el también Masón Emanuel Schikaneder, y la estrenó dos meses antes de su muerte ocurrida en la fría madrugada del cinco de diciembre de 1791.
                                
Constanze Weber
Dos semanas antes de su fallecimiento, a los treinta y cinco años de edad, el 18 de noviembre de 1791, Mozart estrenó la “Pequeña Cantata Masónica K.  623”, la última de las muchas obras que compuso a la Masonería, en la consagración del nuevo Templo de la Logia “La Esperanza Coronada”, en Viena, de la que era entonces miembro activo, siendo Venerable Maestro el Conde Johann Esterházy.  Posteriormente, su Logia publicó la partitura para ayudar económicamente a la joven y bella esposa Constanze Weber, a quien dejó viuda con dos hijos varones, Karl Thomas de 7 años y Franz Xaver Wolfgang de cinco meses. 
                   
Años más tarde, Constanze se casaría con el escritor danés Georg Nikolaus von Nissen, en cuyo epitafio en Salzburgo aún se lee "El esposo de la viuda de Mozart".  En esa misma ciudad Constanze murió el 6 de marzo de 1842, dos veces viuda a los 80 años de edad.
                  
Hace unos años, Oscar Aguirre había publicado los libros “La Masonería en la Literatura” y “Bolivar y la Francmasonería”, que reseñé en su oportunidad.  Ahora remata con “Eterno Mozart” para una triada que muestra la estructura de pensamiento Masónico que ha hecho grandes aportes a la construcción de la sociedad occidental en los últimos tres siglos a partir de las ejecutorias de alguno de sus más conocidos miembros. 
               
Es una saga Masónica imprescindible en la biblioteca de un Masón. 
 
 
 
 
 
 

domingo, 30 de octubre de 2016

LA FUNDACIÓN DE PEREIRA EN CLAVE MASÓNICA


Por Iván Herrera Michel
                    
Walter Benavides Antia

Por fraternal deferencia del Masón, economista, miembro de la Academia de Historia de Pereira e investigador Walter Benavides Antia, ha llegado a mis manos un ensayo de su autoría titulado “Don José Francisco Pereira Martínez y sus hijos Pereira Gamboa”, que forma parte de la colección “Pereira, Masonería e Historia”, en particular del Tomo I “Pereira, en la Edad del Aprendiz. 1540 – 1800”, cuyas 72 páginas he leído con interés en una sola noche.
               
Siempre me ha sorprendido la implantación de la Masonería en una ciudad que como Pereira hoy no cuenta con más de 500.000 habitantes. De hecho, proporcionalmente, y aunque fuertemente divididos, la ciudad muestra el  mayor porcentaje en Colombia de Masones y Masonas en relación con su población general. Igual supremacía se observa cuando la comparamos con la cantidad de Logias masculinas y mixtas que allí trabajan. 
                          
Todos practican el REAA mayoritariamente en dos Obediencias: La Gran Logia Occidental de Colombia, fundada en 1935 con sede principal en Cali, y la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”, fundada en 1893, con sede principal en París, Francia, y presencia en 60 países. En el pasado Pereira ha contado con logias de la Gran Logia Central de Colombia, con sede en Bogotá, y del Gran Oriente Latinoamericano (GOLA), que es de carácter internacional y posee Logias en América y Europa.
                 
En 1990 en el marco de un gran cisma Masónico nacional, se fundó la Gran Logia del Eje Cafetero, con sede principal en Pereira y Logias en Armenia, la cual desapareció a los pocos años "por razones que no son del caso mencionar" como me afirmó con prudencia un Masón pereirano.
             
Ya yo había reseñado los libros “La Masonería en la Literatura” y “Simón Bolívar y la Francmasonería” del también investigador y Masón pereirano Oscar Romero Aguirre, lo cual habla muy bien del nivel intelectual de la Orden en esa ciudad.
                    
En Colombia no es frecuente rescatar la sociabilidad constructiva Masónica de sus grandes hombres, ni el rol de la Masonería en la construcción de nuestras sociedades. De tal manera, por ejemplo, que muy poco se referencia la Orden por parte de los historiadores y educadores en las biografías de los 27 presidentes de la república que han pertenecido a la Orden. Y ni hablar del sin número de Ministros de estado, gobernadores, alcaldes, congresistas, empresarios, militares, literatos, fundadores de universidades, Etc., que lo han sido desde comienzos del siglo XIX hasta la fecha. Es como si existiera un pacto tácito de no hacerlo, o nadie se hubiera dado cuenta de que tanta gente en el escenario nacional ha estado unida por ese vínculo.  
                  
Esta obra de Walter Benavides redacta en clave Masónica la biografía y el aporte que a la
Escudo de la ciudad de Pereira
sociedad colombiana, y con especial énfasis a la ciudad de Pereira, ofrecieron José Francisco Pereira Martínez y sus hijos Nicolás, Próspero, Guillermo, Emilio y Benjamín Pereira Gamba, que regalaron el terreno para la fundación de la ciudad, y fueron, tanto el padre como los primeros cuatro de sus cinco nombrados, conocidos Masones que alcanzaron altos Grados del REAA, seguramente recibidos del Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino, fundado en 1833 con Carta Patente del Gran Oriente de Francia y/o  del Supremo Consejo Central de Colombia, fundado en 1864 y declarado “irregular” por el Supremo Consejo para la jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América siendo su Soberano Gran Comendador Albert Pike.
                
Pero más allá de lo local pereirano, el ensayo de Walter Benavides Antia se constituye en un ejemplo a seguir al inscribirse en una nueva puesta en escena de la Masonería, en su camino hacia la normalización frente una opinión pública que no la conoce y en ocasiones vincula su devenir con singulares teorías conspirativas o extraños predicamentos, ya que muestra una relación indiscutible entre la vida pública de los Masones que han moldeado la historia y una corriente política de progreso regional y nacional vinculada a su accionar.