domingo, 30 de noviembre de 2014

LA COLUMNA DE LA ARMONÍA


Por Iván Herrera Michel
              
Han llegado a mis manos dos textos publicados al mismo tiempo en el solsticio de verano del hemisferio norte de 2014, sobre el simbolismo de la música por Editorial Masonica.es que vale la pena comentar. El primero de ellos, de contenido Masónico, lleva por título “Columna de la armonía. Guía para los hermanos de la Tercera Columna” y se ocupa de su papel en el método simbólico, de su uso en los diferentes momentos de la Tenida, de su rol como una de las siete artes liberales de la Tradición Masónica y de su calidad como parte integral del Cuadrivium.
             
Su autor es Honorio Marcial, miembro de una Logia en Barcelona de la Gran Logia de España, “profesional de la programación, que sirve de puente entre el autor, el intérprete y el público”, que se apoya en la experiencia y reflexiones de Talleres “regulares” y “liberales” para brindar una perspectiva didáctica no prejuiciada.
               
Al parecer, en España la música en las Logias es de mayor uso cotidiano que en Latinoamérica, aunque debo reconocer que en ese área  la más bella Tenida a la que he tenido la suerte de asistir fue la del Equinoccio de Primavera del hemisferio sur, presidida por Antonio Facciollo, Gran Maestro de la Gran Logia Arquitecto de Acuario, en Sao Paulo, Brasil, el veintidós de septiembre de 2012, en el marco de décimo aniversario de CIMAS. Dicho sea de paso, en esa ocasión reflexionábamos en clave Masónica sobre “Desarrollo Sostenible y dignidad humana”.   
                   
Por lo que se lee, en la península no se trata de solo hacer sonar el himno nacional en la Instalación de dignidades, de ambientar las pausas con la “Pequeña Cantata Masónica” de Mozart, oír en ocasiones luctuosas la “Marcha Fúnebre Masónica K477”, también de Mozart, o de adornar la Tenida entonando la “Canción de la Alegría”, en la versión compuesta por Amado Regueiro Rodríguez en 1970 (que canta Miguel Ríos) con base en el último movimiento de la novena Sinfonía de Beethoven. Es decir, la que empieza cantando “Escucha, hermano / la canción de la alegría / el canto alegre del que espera / un nuevo día. / Ven, canta, sueña cantando / vive soñando el nuevo sol / en que los hombres / volverán a ser hermanos...”.  
                    
Una aproximación a esta experiencia musical española la había conocido por un artículo en dos entregas que publicó el Centro Ibérico de Estudios Masónicos (CIEM) en los números de su revista “Noticias” correspondientes a los meses de mayo y agosto del año 2009. En ellos, se sugiere acompañar musicalmente a once momentos de la Tenida.  A saber: la entrada al Taller, el reconocimiento de los HH:., el encendido de las luces, el preguntar por la hora de iniciar o concluir los trabajos, la apertura de los mismos, el receso (cuando lo haya), el Tronco de la Viuda, la Cadena de Unión, el apagado de las luces y la salida del Taller.  Y a cada uno, con una armonía diferente pero guardando el conjunto “unidad estilística”.   
                      
Más allá de su descripción de la evolución de la música (y de los músicos) en las reuniones Masónicas desde el siglo XVIII, el libro trae (y esto es lo más didáctico) ocho Planchas / Propuestas para acompañamiento de los trabajos, elaboradas por Masones que han ocupado la Columna de la Armonía en igual número de Logias de la Gran Logia Simbólica de España (liberal) y de la Gran Logia de España (regular). Entre ellas, una del mismo Honorio Marcial, más otra del historiador de la música Philippe Autexier (1954 – 1998), autor de “La Columna de Armonía, historia, teoría y práctica” y “La lira masona: Haydn, Mozart, Spohr, Liszt”, que son unos clásicos sobre el tema.
                   
Escuchar cada pieza de las melodías propuestas en las nueve Planchas (cada una diferente a las otras), siguiendo la parte del ritual a la que corresponden, es un ejercicio maravilloso, pero, como enseña Honorio Marcial, cuidándonos de que no adquieran un relieve tal que eclipse al protagonista principal de los trabajos que es la palabra (además del silencio, añado yo). 
              
El segundo libro que ha publicado Editorial Masonica.es el 21 de junio de este año, y al que me quiero referir es “Pársifal. Un estudio del drama iniciático de Richard Wagner” que inicialmente publicó Walter Leslie Wilmshurst en Londres (Reino Unido) en 1914, con motivo del estreno de “Pársifal”, en el Royal Opera House de Covent Garden, y ahora ha traducido al castellano Alberto Ramón Moreno Moreno en mayo de 2013, un Masón de la Logia Oliva – La Safor No. 112, en la valenciana ciudad de Gandía, en el levante español.
                        
En palabras introductorias de Wilmshurst, a la edición de 1922, el escrito fue elaborado “puesto que pueden haber muchos para los que Pársifal signifique algo más que una ópera, para los que pueda significar algo vital y profundo, algo que las revistas ordinarias o la prensa musical no muestra ni interpreta”.
                  
He leído el argumento de “Parsifal” (“un tonto sin malicia a quien la piedad hará sabio”), con las miras puestas en la interpretación Iniciática del drama de Wagner, y puedo afirmar con absoluta honestidad, que sus características son las de una obra maestra mística basada en una alegoría cristiana de la lucha entre el bien y el mal (en la línea de los relatos del Rey Arturo), que recoge los estereotipos que la Europa de los siglos XVIII y XIX tenía sobre el budismo y las tradiciones del medio oriente. Hasta ahí podríamos hablar de un “Festival escénico sacro”, como lo definió su autor.
                          
No asoma en ninguno de los tres actos de “Parsifal” una sola referencia a la Orden. No es una obra escrita por y para Masones, como si lo es “La Flauta Mágica” de Mozart, que para entenderla en su dimensión Masónica real hay que conocer previamente la ceremonia de Iniciación del Rito Zinnendorf, en su versión austriaca del siglo XVIII (y no en la actual), el cual siempre ha sido un rito Masónico exclusivamente cristiano trinitario de siete Grados. Muy lejano para quienes practican el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el Rito Francés, el Rito York, el Rito Emulation o el Rito Menfis Mizraim, para solo citar unos cuantos de los más practicados en la Europa latina, las islas británicas, las Américas y África.
                   
De otra forma “La Flauta Mágica” no pasaría de ser un entretenido cuento de hadas basado en la cultura popular alemana, en donde la comicidad de Papageno se convierte en el centro de atención, desplazando la exaltación a la virtud y a la justicia, la luz que hace desaparecer las fuerzas del mal y las alabanzas a la sabiduría soportada en el conocimiento de la verdad, que es lo que de manera objetiva hace universalmente Masónica a “La Flauta Mágica”.
                    
Pasa otro tanto, con “Parsifal” y sus connotaciones esotéricas y místicas de la leyenda del Grial. En esta dirección, la interpretación publicada ahora por masónica.es invita al lector al despertar de las “hasta ahora insospechadas posibilidades de su ser”.
                   
Son dos libros sobre cultura Iniciática musical que hay que leer uno seguido del otro como si fuera un kit único. Ellos nos hablan de una determinada visión en la que se sumergen los que aspiran a la sutil belleza de los trabajos Masónicos.   
       
                 
                     
                    

jueves, 13 de noviembre de 2014

EL DRAMA DE UNA MASONERÍA DIVIDIDA


(Palabras pronunciadas en el Tercer Simposio Masónico, sobre “SINERGIA MASÓNICA”, organizado por la Gran Logia Universal Mixta de LL:. y AA:.MM:. de Habla Hispana en los Estados Unidos de América, Or:. de New Jersey (USA), los días 19 y 20 de  septiembre  2014 (E:. V:.)

Por Iván Herrera Michel

(Saludos protocolarios y fraternales)

Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,


IL:. H:. Benjamín Sabido, Gran Maestro anfitrión
Es un bonito tema, el de la Sinergia Masónica.  En realidad, es de los más bellos sueños que se pueden concebir entre nosotros, y tiene mucho que ver con el alma de nuestro método Iniciático y con la clase de fraternidad que soñamos para nosotros.  Podríamos también decir que la sinergia es exactamente lo que simboliza la colmena rodeada de abejas en la Masonería.

Yo recuerdo que hace treinta años, cuando me Inicié en la Orden, tenía la firme convicción de que la Masonería era una y única, y de que los Masones eran unidos, cualquiera que fueran las circunstancias, y de que, como dicen en mi tierra, “todos empujaban para el mismo lado”. 

Es decir, lo mismo que el H:. Michel Meley, reelegido hace menos de un mes como Presidente de la Federación francesa de la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”, en su discurso de clausura de la Asamblea General del año 2014, definió como la “unión sagrada de los masones, más allá de las particularidades obedienciales”.

Pero a veces tengo la impresión, de que la diplomacia Masónica nos ha convertido en un sistema de castas, sustentado en normas inútiles, que, Congreso tras Congreso, Tenida tras Tenida, van impulsado un tránsito velado de la Masonería autentica a una Masonería que es expresión de un interés externo a la construcción del Gran Templo de la humanidad.

Casos hay muchos para ilustrar el daño que se le hace a la Masonería con base en las normas inútiles que conocemos, pero me conformo con recordar  dos ocurridos este año:

1) La IX Reunión de Soberanos Grandes Comendadores de América del Sur congregó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 29 y 30 de mayo, a seis Supremos Consejos provenientes de igual número de países de los trece que tiene la región, y pese a lo precario de la asistencia, no invitó a sus Hermanos de los Supremo Consejos de Santa Cruz y de Cochabamba, que cuentan con más miembros que la mayoría de ellos, en lo doctrinal observan las mismas definiciones sobre la “regularidad”, no aceptan relaciones con Grandes Logias y Supremos Consejos mixtos, y sobre la plataforma del grupo internacional al que pertenecen  - tan numeroso, legítimo y regular como el que lidera el Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos - poseen relaciones fluidas con Supremo Consejos de Europa, África, Oceanía, Asia y América.

2) El Consejo Ejecutivo de la Confederación Masónica Interamericana (CMI), conformado por los Presidentes de sus seis zonas, reunida en Buenos Aires, Argentina, el 27 de junio 2014, al ocuparse por tercera vez del fraccionamiento de la Masonería masculina del Paraguay, en vez de enviar un mensaje conciliatorio, u ofrecerse como fraternales mediadores, se limitaron a profundizar la división invocando su tan manoseada interpretación de la “regularidad”.

Algo similar podemos observar en el espectáculo, digno de un reality de televisión, que están ofreciendo desde hace dos años más de 70.000 Masones franceses, pertenecientes a cuatro Grandes Logias y a dos Supremos Consejos del REAA, todos masculinos, en la competencia para conquistar el galardón de la “regularidad” que otorga su graciosa majestad desde la Gran Logia Unida de Inglaterra.  Las reverentes genuflexiones a Londres, y los comunicados públicos con los que se atacan sus líderes, distan mucho de la dignidad que se espera de una actuación Masónica. 

Por otra parte, confieso que me impresionó mucho el saber qué cuando en la segunda Guerra Mundial los regímenes totalitarios estaban asesinando y despojando de sus bienes a los Masones de Europa continental, sus Hermanos ingleses para brindar ayuda primero distinguían entre quienes en su concepto eran “regulares” y quienes no lo eran. 

Aquí mismo, en Estados Unidos, en el mes de febrero de este año, se celebró en Baltimore la “Conferencia de los Grandes Maestros Norteamericanos”, que gustan de identificarse como “regulares”, y a los tres meses, en Jackson, Mississipi, se reunió la 95° “Conferencia de Grandes Maestros Prince Hall”.  Lo absurdo del caso, es que, aunque ambos grupos sumados representan el 70% de los Masones estadounidenses, no hubo una sola invitación cruzada entre ellos y estaba claro que un miembro de un conglomerado no sería bien recibido en las reuniones del otro, a pesar de que la Gran Logia Unida de Inglaterra ha “reconocido” como “regulares” a una treintena de Grandes Logias Prince Hall,

Por lo que es evidente que al interior de la Masonería norteamericana aún se practica con pleno rigor la doctrina del caso Plessy contra Ferguson, de 1896, que dio solidez a la segregación racial en Estados Unidos bajo el lema “iguales, pero separados.  De hecho, la Conferencia del año 2015 de los Masones blancos será en el mes de febrero en Vancouver, Canadá, y la de los Masones negros, se llevará a cabo en el mes de mayo, otra vez en Jackson, Mississipi.

En cambio, me encantó conocer la manera como, de la mano del Presidente Masón Lázaro Cárdenas del Río, los Masones mexicanos albergaron durante los 40 años de la guerra civil española y la dictadura de Franco, al Grande Oriente Español y al Supremo Consejo del Grado 33 para España.  Aún hoy sobrevive, la logia "Luz Hispánica” en el seno de la Gran Logia Valle de México, fruto de esa experiencia fraternal,

A menudo me dicen que esta situación está mejorando y que está desapareciendo el germen de la discordia que nos acompaña desde la fundación de la primera Gran Logia en Londres, en 1717, pero yo no observo que las cosas estén variando.  No es sino que miremos la evolución del nombre del grupo internacional que se reunió en Bucarest, Rumanía, en el mes de mayo de este año. 

Nació en 1995, en México, bajo el nombre de “Conferencia Mundial de Grandes Maestros”, que luego cambió a “Conferencia Mundial de Grandes Logias”, y podría pensarse que en un futuro, al amparo de esta expresión genérica, se pudiera presentar un debate interno sobre abrirse e integrarse de una manera más fraternal que la acostumbrada al resto de la Masonería con la que se les tiene prohibido relacionarse. 

Lazaro Cardenas con Decoraciones Masónicas
Pero finalmente, decidieron dejar muy clara su intención aislacionista en la reunión de la India del año 2012, al volver a cambiar el nombre a “Conferencia Mundial de Grandes Logias Masónicas Regulares”, como se le conoce hoy en día.  Ni siquiera han invitado a las últimas reuniones a la treintena de Grandes Logias de negros Prince Hall, que están estrenando “reconocimiento” como “regular” inglés desde hace unos cuantos años. 

Y es lógico pensar que así ocurriera, ya que el grupo desde 1998 hasta el 17 de mayo de este año, ha estado dirigido por el Ex Gran Secretario de la Gran Logia de Pennsylvania. Thomas Jackson, en calidad de Secretario Ejecutivo, quien fuera antes Presidente de la Conferencia de Grandes Maestros de Norteamérica.  Los recientes acontecimientos de Ferguson (Missouri), recuerdan que la segregación, la discriminación y la marginalidad racial en Estados Unidos tienen raíces profundas y aún no han culminado, a pesar de contar durante los últimos siete años con un Presidente afroamericano. 

Queda la inquietud, que solo el tiempo despejará, de si ahora que ha sido reemplazado Thomas Jackson, en el cargo de Secretario Ejecutivo, por el Ex Gran Maestro de la Gran Logia Nacional de Rumanía, Radu Bălănescu, la segregación racial de las Conferencias va a continuar o si la balanza se va a inclinar a favor del modelo de relaciones exteriores británicas y se curse invitación a los Grandes Maestros Prince Hall para las próximas citas.

También suelen recomendarme que no hable de estos temas, pero de nuevo no veo que sea útil evadir el diálogo.  Es más, creo que por muy compleja que se presente la situación, siempre  ofrecerá una oportunidad funcional para contar con mejores resultados que los que brindan la descalificación mutua. 

Por ejemplo, la Masonería del futuro, o sea la de los nuevos Masones, está conformada por mentalidades más críticas y más inclinadas a corregir los vicios exteriores que han hecho nido en la Orden.  En la medida en que las edades de los Masones suben, sus posiciones suelen ser más conservadoras sobre el Statu Quo.   

Últimamente me he estado fijando en que algunas de las Grandes Logias femeninas y mixtas que conozco cumplen a cabalidad los estándares de “regularidad” exigidos por la “Conferencia de Grandes Maestros Norteamericanos”, así como los Landmarks requeridos por la Gran Logia Unida de Inglaterra, lo cual me muestra a las claras que en la mayoría de los casos no es cuestión de Landmarks o estándares, sino que nuestros Hermanos se escudan en algo tan abstracto y polivalente como suelen ser las tradiciones y los usos y costumbres, sobre los que tampoco existe unanimidad, para simple y llanamente cerrar el pórtico de sus Templos según sus propios pareceres.

De ahí, que no sea verdad que el tribalismo Masónico sea un asunto de Landmarks, estándares, regularidad, libertad de conciencia o tradición.  Las respuestas acerca del porque los Masones se dividen por sexo, raza, territorio, convicción política o religiosa, Etc., hay que buscarlas en la antropología, la sociología y las neurociencias, en cuanto intentan dar respuestas al cómo y al porqué de la manera en que los seres humanos siendo todos diferentes se relacionan y se organizan entre sí.
 
Al escribir estas líneas, me viene a la memoria el caso de un Masón colombiano, a quien conocí casualmente en el mes de julio de este año, cuya familia conserva la tradición varias veces centenaria de transmitir del padre al hijo primogénito varón una Biblia manuscrita que ostenta una lista de poseedores a la que le van añadiendo los nombres de los nuevos dueños. 

Pues bien, resulta que a este Querido Hermano le tocó en suerte en la vida tener solo hijas y siente que su obligación moral es entregar la Biblia a un sobrino, ignorando totalmente a su propia hija, lo cual no deja de ser un caso más de discriminación de género.  Cuando le pregunté si consideraba más importante observar la tradición que respetar los derechos humanos, me contestó rápidamente que los derechos humanos son más importantes, pero que él iba a observar la tradición. 

Debo confesar que he oído razonamientos semejantes provenientes de poblaciones que observan cumplidamente las tradiciones milenarias de la ablación genital femenina y la circuncisión religiosa de niños.

Mi opinión opuesta, radica en que no existe una obligación moral cuando ella perpetúa una iniquidad ancestral, y que en cambio sí existe, en estos casos, la obligación moral de corregirla. 

Una tradición que aporta valor Iniciático, y la de la Masonería debe aportarlo, si se asume de manera progresista y adogmática, permite observar su propio pasado y corregir el distanciamiento que pudo haber adquirido con la libertad, la igualdad y la fraternidad entre todos los seres humanos, sin ningún distingo, como distintivo de la identidad Masónica.  Asumir nuestros predicamentos de manera progresista no es un ejercicio estéril.

He asistido a varios encuentros Masónicos y Tenidas en donde el tema de reflexión común es el de cómo resolver las principales dificultades actuales de la Orden, con miras a un mejor futuro.  Los Hermanos y las Hermanas siempre tienen muchas ideas al respecto.

Y aunque los problemas Masónicos de España no son los mismos que los de Madagascar, ni los de México parecidos a los de Italia, ni los de Colombia iguales a los de Canadá, ni los de Irlanda similares a los del Congo, ni los de la India semejantes a los del Perú, ni los de los Estados Unidos análogos a los de Japón, ni los de Argentina idénticos a los de Marruecos, por ejemplo, el hecho cierto e incontrovertible es que esas Masonerías están conformadas por organizaciones integradas por Masones y Masonas inmersos en realidades diferentes, necesariamente permeadas por la cultura local, en donde, como dijo Marco Aurelio en el siglo II, “lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja”.
 
Pareciera que el problema tribal Masónico, pueda tratarse desde las buenas intenciones y la fraternidad.  Yo no veo tan color de rosa la solución, y para mí es obvio que la Tolerancia a veces no es suficiente.  Tampoco es correcto simplificar sus determinantes con la ecuación freudiana “Eros y Tánatos”.  O sea, como un pulso permanente entre una propensión a la construcción y otra a la destrucción.  En realidad, todo este tribalismo posee raíces antropológicas y sociológicas mucho más profundas que tienen que ver con la naturaleza humana, con su organización social y con su construcción cultural. 

Otra cosa que me recomiendan con frecuencia, en los correos que de tarde en tarde recibo, es que haría muy bien dedicándome al simbolismo de la Masonería, tan rico y extenso que seguramente no me dejaría tiempo para pensar en las discusiones que se viven al interior de la Orden Masónica. 

Pues claro que me interesa mucho dedicarme al simbolismo y a los símbolos de la Masonería.  Y bastante, a su naturaleza a la luz de una psicología profunda que busque identificar las cosas en nuestro interior que no permiten que transformemos nuestras opiniones negativas en otras útiles.  Yo creo en el potencial de aprovechamiento que existe en la abstracción implícita en las figuras simbólicas, y en que ellas son un medio privilegiado de comunicación y difusión de contenidos.  Yo creo firmemente que en el escenario Masónico los papeles esterales están a cargo de los conceptos y las comprensiones, y no de los Masones.  Yo creo, con fe de carbonero, que el carácter Iniciático de la Masonería nos brinda una oportunidad para adquirir una mirada distinta y privilegiada sobre la realidad.  

Pero no creo, en modo alguno, que el progreso extraordinario de la ciencia y la tecnología, así como el triunfo de la razón y la lógica formal, desde hace dos siglos, signifique que no existen incógnitas que no son accesibles al ser humano por medio del análisis racional.  De pensar así, tendría que desechar el símbolo como herramienta de comprensión de nosotros mismos. 

El racionalismo es una forma de adquisición del conocimiento, insuficiente fuera del ámbito de la búsqueda de la verdad y del discernimiento científico.  El simbolismo, y su eje símbolo / imaginación, hace relación con el psicoanálisis, con el mundo de los mitos, con el inconsciente colectivo, con las neurociencias y con la sicología profunda, para responder personalmente a nuestras grandes preguntas, ya que una buena parte del comportamiento humano indudablemente no proviene de la razón consciente. 

El pensamiento simbólico es consustancial con el ser humano, pero no se puede dejar a la sola imaginación el campo de lo simbolizado, en el camino de descubrir trascendencias a fenómenos tan reales como el de la búsqueda de un sentido, a la optimización de una vía individual, a las emociones, al arte, al amor, a la civilización o a la belleza, por ejemplo.

A pesar de ello, siempre existe el riesgo de que nuestra conciencia individual se vuelva sumisa a la conciencia colectiva.  Tanto en la Masonería como fuera de ella.  No se pueden descartar los alcances de la cultura común y de sus efectos reduccionistas para alcanzar una visión maniqueísta de las cosas. Eso hace que, como dijo Aristóteles hace 24 siglos, la victoria más dura sea la victoria sobre uno mismo.  

No es un tema sencillo ni lineal.  El tribalismo constituye para una persona una fuente de identidad y de confort.  Fortalece el sentido de pertenencia y promete una mayor valoración dentro del grupo que la acepta.  Por este camino, la ganancia recibida es la pertenencia a una casta, la adquisición de una referencia social, etc. 

Inconscientemente, el miembro de un grupo tiende a inclinarse y a estructurar su opinión de acuerdo con lo que considera que es el consenso general.  Y por eso vemos con frecuencia que hay Masones que en privado expresan opiniones diferentes a las de la Gran Logia a la que pertenecen, y que al mismo tiempo se niegan a promover cambios en ella, a pesar de estar al tanto de que la información que reciben está sesgada, por el temor a quedar marginados.  Bien sabemos que en algunas Grandes Logias se práctica un verdadero matoneo hacia sus miembros.

Yo no creo que haya que tratar de convencer a estos Masones y Masonas para que asuman un liderazgo fuerte en sus Obediencias dirigido a cambiar sus sinsentidos.  Cada quien es libre frente a su conciencia de trabajar o no por el cambio.  Yo creo más bien, que reuniones plurales como este Simposio a de New Jersey, tienen el potencial y ofrecen la sinergia necesaria para mostrar que es posible un mundo Masónico más coherente con sus principios fundacionales de unión de lo que está disperso. 

En estas citas no solo se puede hablar libremente, sino que además se debe hablar con claridad.  He sido testigo a lo largo de algunos años de cómo estos encuentros provocan en muchos Masones y Masonas un cambio de mirada, que hace que una misma tradición se observe de forma totalmente diferente. 

Hace un tiempo la escritora española Almudena Grandes dijo sobre un partido político de su país que tenía “suficiente gloria como para no ocultar sus pequeñas miserias”.  Y eso es algo que perfectamente se puede aplicar a nuestra Masonería. 

Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,

Quiero culminar estas palabras contándoles que a mí me gusta mucho el lema que adoptó la Unión Europea para sí, en el año 2000, luego de haber realizado un concurso entre 80.000 jóvenes estudiantes de secundaria de 15 países en 12 idiomas, que en latín es “In varietate concordia”, y cuya traducción oficial al castellano es “unidos en la diversidad”. 

Pero lo que más me ha impresionado de estos muchachos, es que en la convocatoria se recibieron 2.016 propuestas conformadas por 400.000 palabras, en las que emplearon con mayor frecuencia los términos: paz, unidad, unión, juntos, futuro, diferencia, esperanza, solidaridad, igualdad, libertad, diversidad y respeto.

Yo sé bien que las tensiones en Europa están muy lejos de desaparecer.  Pero la verdad es que los europeos ya no se matan con tanto ardor como lo hicieron durante los dos últimos milenios y no han vuelto a arrastrar a la humanidad hacia una tercera gran guerra surgida de sus entrañas.

Pero traigo esto a cuento, porque no se me ocurre una mejor propuesta, frente al drama de una Masonería dramáticamente dividida, que adoptar como propio el clamor de concordia de estos 80.000 jóvenes, y ocuparnos en brindar a la Orden y a la humanidad el resultado de nuestros trabajos combinados.

En una labor, a la que con lujo de acierto nos invita la Gran Logia Universal Mixta de LL:. y AA:. MM:. de Habla Hispana en los Estados Unidos de América, en este Tercer Simposio Masónico de New Jersey sobre “Sinergia Masónica”.

Muchas gracias a todos.

IHM.
Sep. 19 de 2014 (E:. V:.)
New Jersey (USA)