domingo, 31 de agosto de 2014

LOS ALTOS GRADOS ESCOCESES. LA EXPERIENCIA DE FASCREAA


Palabras leídas en la Conferencia sobre “El REAA - Perspectiva Humanista de
Acción Transformadora”, celebrada el 6 de abril de 2014 (E:.V:.), en la
 “República de Parva Domus”, en el C:. de Montevideo, Uruguay, organizada por el Supremo Consejo del Grado 33 del REAA para la República Oriental del Uruguay.

Por Iván Herrera Michel
              
 (Saludos protocolarios y fraternales)
               
Tengo varios motivos para sentirme muy contento de estar hoy en el Cenit de Montevideo, entre mis Queridos Hermanos y Hermanas de vuestro Supremo Consejo y vuestro Gran Oriente.
           
El primero es la excesiva fraternidad con que siempre me han honrado mis QQ:. HH:. uruguayos, desde hace 10 años, cuando en el mes de abril del año 2004 por primera vez visitaba el GOFMU y sellaba con mi Q:. H:. Elbio un pacto por la unión de la Masonería liberal americana que aún se encuentra vigente y con tareas pendientes. 
              
En esos días Elbio partía hacia Sao Paulo, en Brasil, para fortalecer la recién creada “Confederación Interamericana de Masonería Simbólica” (CIMAS) y yo viajaba a Santiago de Chile en donde habría de resultar elegido como el primer Secretario General de la “Conferencia Masónica Americana” (COMAM).  En lo sucesivo, ambos trabajamos con mucha generosidad, grandeza, desprendimiento y altitud de miras por la unión de CIMAS y COMAM, que es una necesidad que aún posee plena vigencia, y que más temprano que tarde veremos porque la semilla está sembrada en el terreno siempre fértil del corazón de la mayoría de sus miembros. 
                   
Otro motivo especial para regocijarme por mi visita a estas tierras lo constituye el reconocimiento que tengo que hacer del Cenit de Montevideo, como el de la cuna de la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA (FASCREAA), en el conocimiento de que este punto de encuentro Masónico adogmático de Jurisdicciones escocistas de América germinó a partir de la convocatoria que hiciera el Supremo Consejo del Grado 33° del Rito Escoces Antiguo y Aceptado para la República Oriental del Uruguay, al 1° Encuentro de Altos Grados en el mes de septiembre del año 2005.    
                 
También, he estado recordando en estos días cuando asistí como conferencista invitado, en
Elbio Laxalte, SGC del SC del Gr 33
del REAA para laRep. Orient. del Uruguay
Montevideo, al 3° Encuentro de Altos Grados, en el año 2008, en el marco de los actos conmemorativas del décimo aniversario del GOFMU, en el que se acordó, siendo testigo de excepción el IPH:. Alain de Keghel, institucionalizar estas citas en la próxima reunión, que para mayor suerte mía, se llevó a cabo en el año 2009, en el Cenit de Barranquilla, Colombia, que es mi ciudad, y se me eligió como Presidente de FASCREAA.  En esa oportunidad ofició como anfitrión el Supremo Consejo OMEGA del REAA para la República de Colombia.
                 
Por todo lo anterior, y como Presidente de FASCREAA rindo tributo de admiración y agradecimiento histórico al puñado de Masones y Masonas uruguayos que hace nueve años concibieron y crearon en el Cenit de Montevideo el primer y único espacio que ha existido en el hemisferio occidental para que se reúnan en plena libertad de conciencia los Supremos Consejos del REAA que conciben la tradición Masónica desde una óptica liberal, laica y adogmática. 
                  
Desde entonces mucha agua ha corrido bajo los puentes de la Masonería, y a FASCREAA hay que reconocerla a partir de las Grandes Constituciones de 1762 y 1786 (E:. V:.), desde sus reformas de Lausana de 1875 (E:. V:.), desde la “Declaración de Ginebra” promulgada en el XVIII “Encuentro Internacional de Altos Grados Escoceses”, del 5 al 8 de mayo del año 2005, y naturalmente, desde su propia Declaración de Principios aprobada en el mes de septiembre del año 2013 en el Cenit de Mendoza, Argentina.
                  
Pero no solo desde sus grandes documentos referenciales se reconoce a FASCREAA, sino además, y esto es lo más importante, desde el propósito tradicional de un proyecto Iniciático sucesivo relacionado necesariamente con la laicidad como espacio común en el que puede y debe desarrollarse en plena libertad la pluralidad de concepciones filosóficas, racionales y metafísicas que han acompañado a la humanidad desde siempre.  Y de igual manera, a amplios sectores de la Masonería.
                
En este sentido, cuando las jurisdicciones de Altos Grados, reunidas en el Cenit de Ginebra, en Suiza, por decimoctava ocasión, acordaron su “Declaración” del año 2005, dejaron bien claro que había “llegado el momento de marcar una nueva etapa tras la Declaración hecha en Lausana hacía ya 130 años en un contexto Masónico internacional diferente”.
                     
No de un modo diferente al laicismo, se puede entender cómo, Grado a Grado, contenido tras contenido, doctrinas tras leyendas, alegorías tras religiosidades, metáforas tras símiles, racionalidades tras espiritualidades, siervos tras ciudadanos, Maestres tras Reyes, podemos ocuparnos en cada ocasión de un rol distinto. 
                     
Lo iniciático del REAA nos obliga a ubicarnos en una perspectiva desde la que podamos observar el conjunto sin implicarnos personalmente con una de las partes, pero, eso sí, al mismo tiempo consustanciándonos con el conjunto de una manera progresista, y sin presumir de nuestras opiniones.  Es decir, siendo adogmáticos.
                    
FASCREAA funciona a partir de un grupo de Supremos Consejos inmersos en circuitos conceptuales que, moviéndose entre el mito legendario y el entorno histórico, no son ajenos a la realidad que vivimos.  Y por lo tanto, no conciben el REAA como una burbuja separada de ella.
                 
De todos estos textos, yo suelo recomendar a mis QQ:. HH:. una reflexión muy detenida sobre el numeral primero de la Declaración de Principios de FASCREAA, porque me parece que además de ser su contenido un componente medular de nuestra tradición Masónica, es un mecanismo transversal imprescindible al momento de abocar la puesta en escena de los Grados escocistas.
                        
En efecto, en el Cenit de Mendoza, FASCREAA declaró como uno de sus Principios el de “Reafirmar con visión contemporánea el carácter iniciático, tradicional y progresivo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y la fidelidad a los antiguos usos y costumbres de la Masonería
                  
Como vemos, en este párrafo expositivo, las dos oraciones que contiene, expresan como idea cardinal la de la “visión contemporánea” en armonía con la “fidelidad a los antiguos usos y costumbres”.  
                           
Miryan Tardugno, Lugarteniente Gran
Comendadora  del SC del Gr 33 del REAA para la
Rep. Orient. del Uruguay 
Para quienes pertenecemos y tenemos en alta estima una institución que se basa en la tradición, y al mismo tiempo tenemos la necesidad de preguntarnos por lo trascendental del momento en que vivimos, y tratamos de entender nuestras dificultades actuales, este inicio del siglo XXI nos estimula a considerar que la historia de la humanidad se adentra en una nueva etapa de grandes cambios, con la seguridad de que cualquiera que sea su particularidad, de todos modos ellos competerán al hombre y a sus formas asociativas.   
                 
Los siglos XVIII, XIX y XX, que son en los que ha existido la Masonería, han encarnado una época decididamente más llena de transformaciones que cualquiera otra de la historia de la humanidad.  
                    
Pareciera, por el conjunto de convulsiones, revoluciones y guerras que hemos vivido en estos últimos tres siglos, que una parte de la humanidad era consciente de las evoluciones que estaba sufriendo el mundo. 
                    
De la misma manera, para los Masones del siglo XXI no es una opción constructiva el mirar ese mundo con la visión de la edad media o del renacimiento, por ejemplo, apartándose de la visión contemporánea. 
                     
De ahí, que haya que entender a la Masonería, y, dentro de ella al REAA, con un discurso que consulte la naturaleza real de los cambios, así como sus motivaciones, más allá de sus características temporales, con un enfoque laico que admita que estamos en medio de procesos que están entramando un nuevo estado de cosas que, sin desprenderse en lo fundamental de las anteriores, debemos asumir sin dogmatizar nuestras convicciones.
                
Esta postura requiere repensar permanentemente entre la incertidumbre y el laberinto los problemas del presente, enfrentando niveles complejos de ambigüedad, pero en permanente diálogo con nuestros usos y costumbres.  Y sin decepcionar a nuestros QQ:. HH:., que han nacido o han crecido en la era digital, con todo lo que esa circunstancia civilizacional contribuye a la reformulación de las conductas y de los comportamientos sociales de los actuales y futuros Masones. 
                    
Por suerte, la especificidad propia de la concepción liberal y adogmática del REAA, permite ir orquestando con relativa facilidad las cuestiones emergentes de una manera integradora y arraigada en el pasado, a partir de los debates que se presentan en las Tenidas rituales y de Masticación sobre el contenido y los alcances de cada Grado.
                      
Logo de la Republica del Parva Domus
Frente a esta manera filosófica y personal de idear un mundo, en lo social y político los totalitarismos y los despotismos, se presentan como frenos al fluir espontáneo de la voluntad soberana de un pueblo que desea gobernarse por valores y principios que giren en torno a las libertades individuales y los derechos de los colectivos.  De allí, que acompañando a la laicidad, el modelo republicano y la democracia liberal como forma de gobierno nos sean tan caros.
                  
Los Masones, y en especial la formación iniciática que brinda el REAA, en su versión liberal y adogmática, son incompatibles con la pereza mental, y requieren esfuerzos que simplemente hay que hacerlos. 
                   
El REAA forma hombres y mujeres comprometidos con la felicidad humana desde el reconocimiento de sus derechos y libertades, desde su irrenunciable igualdad social y en plena solidaridad.
            
Los escocistas son hijos del espíritu de los tiempos. Con sus luces y con sus sombras.  Nuestra Iniciación tradicional sucesiva nos ofrece el bouquet de la historia.  El REAA contiene lo intangible de nuestras sociedades.  Lo impalpable de nuestra alma colectiva.   Y una oportunidad para todos.     
                
Muchas gracias a todos.
      
          
IHM.
C:. de Montevideo, Uruguay

Abril 6 de 2014 (E:. V:.) 
             
             
                 

sábado, 16 de agosto de 2014

LOS MASONES Y GAZA. UNA REFLEXIÓN NECESARIA (II)


Por Iván Herrera Michel

“Hay veces... que sentimos el ansia de escribir a una alma oculta en las lejanías 
y que esa alma escuche nuestro llamamiento de amistad”. 
(Federico García Lorca)

Las reacciones que ha motivado mi publicación sobre el genocidio que adelanta Israel contra los palestinos desde hace 67 años, fue generando un sensible debate con epicentro en el rol que los Masones y las Masonas tendrían en este mediatizado siglo XXI.

En medio de todo, me ha sorprendido el tono exaltado de algunos Masones para imponer los clichés del gobierno de Netanyahu que afirman que, como los palestinos no hacen nada para contener los cohetes de Hamas, el ejército israelí se ve en la necesidad de masacrar periódicamente a miles de ellos, entre mujeres, niños y ancianos, además de hacer desaparecer barrios enteros, escuelas y hospitales de Gaza, con la esperanza de que caiga uno que otro miliciano de vez en cuando.  

Yo no puedo menos que condenar los crimenes practicados por el gobierno de israel, al tiempo que, como están los judíos injustamente sobre el tapete, expresar mi admiración de siempre por el aporte que ha hecho el judaísmo, tanto desde su espiritualidad religiosa, como desde su reflexión filosófica y su identidad civil, porque para mí está claro que lo uno no tiene nada que ver con lo otro.

Me explico con un rápido ejemplo: los judíos del mundo (ya sean de origen jázaro, semítico, etíope, etc.) a pesar de representar solo el 0.2% de la humanidad han obtenido el 23% de los premios Nobel, entre los cuales el 26% de los de física, el 27% de los de medicina, el 41% de los de economía, el 20% de los de Química, el 12% de los de literatura y el 9% de los de paz. Es decir, en las seis categorías que se conceden.  La lista no incluye hombres del nivel de Sigmun Freud, una de los más grandes intelectuales del siglo XX, y en el pasado podemos mencionar a filósofos de la talla de Maimonides y  Baruch de Spinoza.

En lo personal, suelo recomendar el trabajo de la filósofa política alemana Hannah Arendt, a quien el gobierno alemán le quito la nacionalidad en 1937, precisamente por ser judía.  Arendt dedicó parte de su labor al concepto de pluralismo y de inclusión del otro, y fue centro de una viva polémica cuando publicó el libro “Eichmann en Jerusalén. Un informe sobre la banalidad del mal” (1963)  sobre el juicio a Adolf Eichmann por el genocidio contra los judíos en la Segunda Guerra Mundial. Es un texto que gana actualidad cada vez que hay un genocidio, y que debería ser objeto de reflexión para el actual gobierno de Israel.
  
Por toda esa grandeza demostrada, no me sorprende en lo más mínimo que un grupo de cerca de 300 judíos sobrevivientes e hijos de sobrevivientes del Holocausto NAZI hayan firmado hace unos pocos días un documento titulado “¡Nunca más para cualquiera!” demandando el final del genocidio palestino, y denunciando que la masacre en Gaza mancilla la religión judía. 

Chapeau!, dicen los franceses.

Meliton, Obispo de Sardes
De igual manera rechazo la absurda persecución de la que en toda Europa han sido víctimas los judíos desde que Melitón, Obispo de Sardes, en la actual Turquía, en el año 150, creó el mito de que constituían un “pueblo deicida”, basado en una interpretación amañada de Mateo 27: 15 – 25, que relata la exigencia de Caifás y el pueblo judío de Jerusalén  a Pilatos para que condenara a Jesucristo. Sus palabras, que aún repiten no pocos fanáticos, fueron: “Dios ha sido asesinado, el Rey de Israel fue muerto por una mano israelita”. Los efectos históricos de estas palabras fueron tales, que 1.800 años después el Concilio Vaticano II debió dedicarle jornadas enteras a erradicarlas de los sermones cristianos.

El último mito antijudío en hacer aparición es el de sus “planes para dominar al mundo”, que personalmente me parece lo más sicótico que uno pueda encontrar en un debate sobre el desarrollo de la comunidad internacional actual.  

Hatta o kuffiya (Pañuelo tradicional palestino)
De igual manera, uno no puede incorporar al corpus del derecho internacional público, para negar al Estado de Israel su derecho a existir, el mito del “judío errante” - tan arraigado en el imaginario cristiano de occidente -, de acuerdo con el cual un judío habría sido condenado por Dios a “errar hasta su retorno” por haberle negado agua a Jesucristo en el Viacrucis. Tampoco es dable justificar la existencia del Estado de Israel porque su presencia constituye un paso anunciado en la Biblia para la segunda venida del Mesías cristiano. Como tampoco es de buen recibo que un estado se convierta, como decía el Premio Nobel portugués José Saramago, en un “rentista del holocausto”.  

Israel y Palestina son dos realidades actuales y deben ser incorporadas como miembros de pleno derecho, en términos de igualdad, al establecimiento internacional, y eso incluye la obligación común de someterse a la Justicia Penal Internacional cuando sus gobernantes incurran en crímenes contra la humanidad.

………………..

Bandera de Israel
En el campo Masónico, a muchos ha sorprendido, en claro contraste con la cordura del grupo de masones españoles “+ del 8%”,que  la Logia “Estrella de Israel”, con sede en Tel Aviv, se pronunció públicamente a favor del genocidio, lo que ha recordado a los amantes de las teorías conspirativas el fantasioso tema del “contubernio judeo / masónico”, del que tanto se sirvió Franco y que hasta Umberto Eco menciona en su novela de espías “El cementerio de Praga” (2010). Un argumento que podría perfectamente ser empleado para un best seller de Dan Brown y su posterior película de la Columbia Pictures, con Tom Hanks en el papel estelar, pero imposible de tener en cuenta como material de debate.    

Lo curioso del asunto, es que la Logia “Estrella de Israel" pertenece al Gran Oriente de Francia, que ha sido reiterativo recordando a sus miembros el compromiso de “no estar o haber estado adherido, o ser o haber sido simpatizante de una asociación o grupo que apele a la discriminación racial, a la violencia frente a la persona o grupo de personas teniendo como pretexto su origen, su pertenencia a una etnia o a una religión determinadas, y que propaguen o hayan propagado ideas y teorías que busquen justificar o animar el hecho de tal discriminación, odio o violencia”.

Acostumbrados como estamos, al ritmo perverso con que nos enteramos de la difícil situación global, a nadie debe sorprender que alguien quiera saber a qué se está dedicando una institución, que, como la Masonería, ha hecho los aportes que ha hecho en tres siglos, en seis continentes, en el campo medular de la política, el humanismo y las ciencias.

Temas para ocuparse no faltan: derriban un avión con 265 pasajeros en Ucrania, limpieza religiosa de chiíes, cristianos y yazidíes en Irak, 33 masacres en honduras en 2014, 51.2 millones de desplazados forzados en el mundo, 4.000 millones de personas en estado de pobreza, todos los días mueren 30.000 niños por causas evitables, 150 millones de niñas y 73 millones de niños esclavizados y explotados comercialmente, el 17% de los europeos carecen de alimentación, abrigo y vivienda, y sigue un largo Etc.

Naturalmente, la Masonería - como toda institución que se precie de contar con una posición

moral y una implicación social - también está interpelada, y en consecuencia muestra un comprensible impulso a pronunciarse con fundamento en los valores humanistas que ha defendido siempre. 

Una Masonería que no se quiere traicionar, no puede pendular al vaivén de la letra pequeña de las ediciones periodísticas, ni de lo que llamó Mario Vargas Llosa “La civilización del espectáculo” (2012). Más bien, los Masones deben estar atentos a una institucionalidad de calado que garantice la justicia, el respeto al pluralismo y la salvaguarda de las libertades, tanto individuales como de los colectivos, en todos los pueblos del mundo.

Del mismo modo que Ulises frente a las sirenas, hay que atarse muy fuerte de pies y manos al mástil Iniciático de la Orden para no sucumbir Mutatis mutandis al deseo de quedar bien con la opinión pública local o global. La Masonería debe llevar a una mayor toma de conciencia, a la transformación de la realidad, a la cimentación de un futuro con valores prevalentes, y a estar siempre orientado hacia la construcción de una humanidad más libre, más igualitaria y más fraternal.

Y en este camino, son piedras ineludibles para la construcción del Gran Templo de la Humanidad la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos.






viernes, 8 de agosto de 2014

LOS MASONES Y GAZA. UNA REFLEXIÓN NECESARIA



Por Iván Herrera Michel

Ayelet Shaked
Es difícil no impresionarse con frases del calibre de “todas las madres palestinas deben ser asesinadas... y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre” dichas en público por la hermosísima parlamentaria israelí Ayelet Shaked. O del talante de “hoy he matado trece niños” con la que sacó pecho en Instagram el soldado de ese país David Ovadía.

También conmueven las lágrimas de quienes lloran a los 60 soldados israelíes caídos en combates o a los cerca de 2.000 palestinos muertos.  Dos tercios de ellos civiles. Y en especial, es punzante escuchar los gritos de dolor de las madres de más de 300 niños palestinos asesinados en escuelas, hospitales, mientras dormían, jugaban futbol en la playa, aterrorizados se acurrucaban en algún rincón de su casa en Gaza o un francotirador practicaba tiro al blanco con ellos. En realidad, todos son víctimas de lo absurdo de la dinámica de los genocidios, que acaba tanto la vida de las víctimas como el corazón de los victimarios.

Indiscutiblemente, Hamas ha incurrido en terrorismo y en crímenes de guerra. Pero también es cierto que Hamas es un movimiento político y militar de independencia nacional nacido en 1987, como un hijo indeseado de la catástrofe que vive el pueblo palestino desde 1948, cuando la ONU creó un estado confesional en su territorio para albergar a los ciudadanos europeos de religión judía que estaban enviando por montones los países del viejo mundo, luego de haberlos perseguido, expulsado y asesinado durante 1.500 años y exterminado de la peor manera a dos tercios de ellos durante el holocausto que llevó a cabo el estado alemán desde 1939 hasta 1945, con el apoyo de Italia, España, Etc. En aquel entonces, Hitler dijo: “es indudable que los judíos son una raza pero no son humanos”, frente a una comunidad internacional a la que muy poco le importó que los aniquilaran.

En desarrollo de esta política, a partir de 1948 fue expulsado de sus lugares de origen el 57% de la población

palestina, destruidos completamente 531 de sus ciudades y pueblos, en medio de 70 masacres que dejaron unos 15.000 hombres, mujeres y niños muertos. Y eso fue solo el principio. Hoy también importa muy poco al establecimiento internacional cuando la parlamentaria Ayelet Shaked dice los horrores que dice, sobre un pueblo al que ha llevado el estado de Israel, en 67 años, a tener al 44% de sus miembros malviviendo en 58 campamentos de refugiados regados en cuatro países, sin contar la ocupación de los escasos territorios que le queda en Cisjordania y Gaza. 

En medio de la vorágine noticiosa diaria, a lo largo de un mes fue perdiendo importancia y protagonismo el genocidio, de tal manera que pareciera tener razón Stalin cuando dijo que “la muerte de una persona es un hecho trágico, pero la muerte de un millón es simple estadística”. 

La verdad es que los genocidios y las masacres parecen formar parte de la humanidad desde siempre. Ejemplos no faltan en los últimos dos milenios. Veamos unos cuantos:

En la conquista de las Galias por Julio Cesar, que terminó en el año 52 A. de N. E., murieron tres millones de personas; en el siglo VII la rebelión del chino An - Lushan arrojó 35 millones de muertos; entre los años 1096 y 1777 las cruzadas católicas al Medio Oriente, Asia y Europa provocaron 5 millones de muertes; durante el siglo XII las invasiones de los Mongoles produjeron 60 millones de muertos; la conquista de América en el siglo XVI provocó 90 millones de muertes; las guerras de religión en la Francia del siglo XVI causaron tres millones de muertes; la conquista Manchú de China arrojó la muerte de 25 millones de personas; la guerra del opio en el siglo XIX declarada por los británicos dejó 60 millones de chinos muertos; la expropiación en el siglo XIX por el Rey de Bélgica Leopoldo I a los congoleños dejó 10 millones de muertos; la primera guerra mundial dejó 9 millones de militares y 14 millones de civiles muertos; la segunda guerra mundial dejó 25 millones de militares y 35 millones de civiles muertos (entre ellos, seis millones de ciudadanos europeos de fe judía); Stalin fue responsable de 40 millones de muertos; entre 1956 y 1962 la represión de Francia en Argelia dejó un millón doscientos mil muertos; la guerra de Vietnam entre 1964 y 1975 dejó 6 millones de vietnamitas muertos; la Revolución Cultural de Mao Tse Tung dejó 50 millones de muertos; el movimiento Pol Pot asesinó a dos millones de camboyanos entre 1975 y 1979; en 1994 el gobierno Hutu de Ruanda promovió la muerte de 800.000 Tutsis, y cuando los Tutsis tomaron la capital mataron a 250.000 Hutus.

No sin muchas dificultades, se ha ido abriendo paso la necesidad de contar con una justicia internacional desde que en el siglo XIX se tipificaron como conductas lesivas para la comunidad internacional la piratería en alta mar y el tráfico de esclavos y drogas, que posteriormente la Convención de Ginebra de 1937 definió como crímenes internacionales. Ya el Tratado de Versalles de 1919 había creado un tribunal especial para juzgar al emperador alemán y último rey de Prusia Guillermo II por “ofensa suprema a la moral internacional y a la autoridad de los tratados”.

Acusados NAZIs del Tribunal de Nurembreg (1945)
Porsu parte, el Tribunal de Nuremberg de 1945 introdujo la novedad de no solo juzgar delitos personales sino además los crímenes contra la paz, de guerra y contra la humanidad cometidos por una persona en el ejercicio de un cargo público o al servicio del estado. Y en 1948 se creó un Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente, o Tribunal de Tokio. 

En 1945 la ONU se fijó como meta regular la “más grave expresión de crímenes contra la humanidad”, viabilizando la “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio” de 1948, con el fin de conocer todo “acto cometido con el propósito de destruir total o parcialmente un grupo nacional, étnico, racial o religioso”. En este orden de avances, en 1996 la Comisión de Derecho Internacional aprobó el Código Internacional de Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad, para juzgar los delitos de agresión, genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, y crímenes contra el personal de Naciones Unidas, pero con el defecto de no haber previsto unos mecanismos de control y sanción en caso de incumplimiento.

En lo sucesivo se ha ido abriendo paso la incorporación de esos delitos a las legislaciones internas, la extradición y la jurisdicción universal, que consiste en que jueces nacionales juzguen, con base en su propia legislación, delitos cometidos en el exterior, por un extranjero, siendo la victima extranjera. Todo esto con la intención de evitar la impunidad de los crímenes contra la humanidad.

La justicia internacional marcha muy lento pero hay adelantos. De hecho, la primera sentencia en firme de la Corte Penal Internacional en sus diez años de funcionamiento, tiene fecha del 14 de marzo de 2012, contra el antiguo jefe de la milicia congoleña Thomas Lubanga por su reclutamiento de niños entre los años 2002 y 2003 para ser usados en combates o como esclavos sexuales.

Por su parte, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia encarceló en el año 2001 a Slobodan Milošević por sus crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio, cometidos durante la guerra de Yugoslavia. Finalmente moriría en prisión en La Haya el 11 de marzo de 2006.

El 4 de marzo de 2009 la Corte Penal Internacional ordenó el arresto del presidente de Sudán, Omar Bashir, por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la región de Darfur. Bashir, que es el primer Jefe de Estado acusado de un crimen por la Corte, sigue libre ya que el tribunal no posee una fuerza policial propia. Y como respuesta expulsó de Sudan a una docena de ONGs que brindaban ayuda humanitaria a más de un millón de refugiados.

121 de las 196 naciones que conforman la ONU, han aceptado hacer parte de la Corte Penal Internacional, lo que representa un gran avance para la humanidad, aunque todavía falten 72 (entre ellos USA). Israel firmó el Estatuto de Roma, pero aún no lo ha ratificado. La Autoridad Palestina como no es un Estado de pleno de derecho de la ONU, sino un Estado miembro en calidad de observador desde 2102, no ha sido aceptado en la Corte a pesar de haber solicitado recientemente serlo para “este mismo año”.

Resulta un craso error responsabilizar del genocidio a los palestinos de Gaza a los cerca de 15 millones de judíos que existen en el mundo. De los cuales solo cinco millones habitan en Israel. Es inaceptable caer en esa trampa mediática. Los únicos responsables del genocidio son las autoridades del estado de Israel que lo han planificado y ejecutado. Tampoco se debe soslayar la cada vez más visible protesta de ciudadanos israelíes de religión judía contra los crímenes de guerra sistemáticos de su gobierno contra los palestinos.

Siempre he tenido un gran respeto por los fieles de la religión judía y por su contribución general a la humanidad en el campo de la filosofía, la economía y las ciencias. De los judíos he aprendido que el racismo, el apartheid y los crímenes contra la humanidad son incompatibles con la vitalidad de la experiencia espiritual del judaísmo.

Protesta frenta a la Casa Blanca
Por eso no me sorprenden las marchas y manifestaciones públicas de judíos en Jerusalem, Tel-Aviv y las principales capitales de Europa y Estados Unidos, que se pronuncian en contra del carácter confesional del estado de Israel y condenan las matanzas, atropellos, violación a los derechos humanos, y desplazamientos forzados que sistemáticamente viene adelantando desde 1948 contra los palestinos, a la vez que claman por que la justicia penal internacional actúe y castigue a los responsables, que es lo mismo que el Premio Nobel de la Paz palestino Yaser Arafat denunció ante el mundo con gran vigor hasta su muerte el 11 de noviembre de 2004.


.POSICIÓN DE LA MASONERÍA

Ya quisiéramos muchos que los Masones se pronunciara con una sola voz frente a los crímenes contra la humanidad. Lamentablemente, sus parcelaciones internas no se lo permiten. También hay quienes refugiados en el discurso de no participar en política ni en religión hacen pasar a la Orden de puntillas frente a los grandes temas de la humanidad.

Tampoco he podido saber cuál es la posición oficial frente al genocidio que han adoptado la Gran Logia del Estado de Israel y las Logias de la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano y del Gran Oriente de Francia que funcionan en Israel y en los territorios Palestinos, sucesoras de las del Gran Oriente Otomano y de la Gran Logia de Palestina (borrada de la historia oficial) que funcionaron desde el siglo XIX hasta la consagración de la Gran Logia del Estado de Israel, el 20 de octubre de 1953. Parafraseando a Napoleón, podemos decir que tres siglos de historia en favor de la independencia de los pueblos del mundo interpelan a los actuales Masones.

Un genocidio no es un tema político ni religioso, así sus motivaciones tengan alcances y efectos políticos o religiosos. Un genocidio es un tema de la justicia. internacional. He oído y leído toda clase de miradas esotéricas, metafísicas, históricas, racistas, desde la negación, llamando “conflicto” al genocidio, Etc., para justificar el primer genocidio que la humanidad puede observar en directo y en tiempo real gracias a la televisión y a las redes sociales. Algunas de esas explicaciones rayan en la fantasía, el descaro o la ignorancia del tema. También, hemos sido testigo de la ofensiva mediática que trata de justificar lo injustificable.

Sin embargo, hay expresiones Masónicas públicas que se apartan de las “prudentes” equidistancias y las expresiones genéricas polivalentes, sacando la cara por la Orden. Por ejemplo: un grupo de Masones españoles de la Gran Logia de España denominado “+ del 8%”, emitió en el mes de julio de este año un comunicado (cuando apenas iban 192 palestinos muertos de los alrededor de 2.000 que según fuentes oficiales van al día de hoy) mediante el cual afirma que:

Los masones, no podemos permanecer impasibles ante la terrible incursión del ejército israelí en la franja de Gaza que tantos cientos de víctimas están generando. El gobierno israelí, debe reflexionar ante esta barbarie en la cual se están cometiendo los más horribles crímenes contra la humanidad, atentando contra la población civil y lo más execrable: están muriendo niños y niñas (a día de hoy, según UNICEF, 192).

Merece especial mención que pedimos a las Naciones Unidas que actúen contundentemente para forzar un alto el fuego inmediato y que el Estado de Israel sea sancionado por el abuso de la fuerza militar. También pedimos que los responsables de estas matanzas sean llevados al Tribunal Penal Internacional de la Haya para que sean juzgados por sus crímenes una vez identificados los culpables, desde la cúpula política hasta los altos mandos militares.

Por ello, queremos expresar que no seríamos masones si miráramos hacia otro lado. No sería propio de nuestra Orden y de los principios que una vez juramos defender con nuestra vida, callarnos ante el uso desproporcionado de la fuerza contra civiles, entre ellos niños, escuelas y objetivos no militares. (..)”

Si esto se presentó en el sector de la “regularidad” anglosajona de España, en el área liberal de la Masonería de ese país también observamos sus méritos. El 27 de julio de 2011, el “Espacio Masónico de España” (EME), constituido por la Gran Logia Simbólica Española, la Gran Logia Femenina de España, la Federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano y el Gran Oriente de Francia (que tiene Logias en España), emitió el siguiente comunicado sobre la masacre que cometió Anders Breivik el 22 de julio de 2011 en Noruega con un saldo de 77 muertos y más de un centenar de heridos, especialmente adolescentes. El comunicado es del siguiente tenor:

El Espacio Masónico de España (EME) condena enérgicamente la masacre cometida el pasado viernes en el centro de Oslo y la isla de Utøya tras un doble atentado que, de manera brutal e injusta, acabó con la vida de casi un centenar de personas. Ciudadanos noruegos que involuntariamente han pasado a convertirse en víctimas homenajeadas de la mayor masacre que ha conocido Noruega desde la Segunda Guerra mundial por motivos xenófobos y racistas.

Así mismo, todos y cada uno de los Hermanos y Hermanas que conforman el Espacio Masónico de España expresan públicamente su apoyo y solidaridad incondicional a las familias de las víctimas y a todo el pueblo noruego en estos difíciles momentos de dolor y angustia.

Consternados ante tales hechos y ante determinadas informaciones relativas a que el autor material de los hechos pudiera ser, o hubiera sido masón, como institución destacamos que la francmasonería basa sus principios en el respeto hacia los demás y hacia uno mismo, es esencialmente filantrópica y de valores progresistas. Por tanto se manifiesta y es de per se totalmente contraria a cualquier forma de discriminación ya sea por razones de raza, sexo, religión u otros y totalmente contraria a cualquier forma de violencia, compartiendo la divisa universal de libertad, igualdad y fraternidad.

Bajo esta premisa consideramos oportuno hacer un llamamiento sobre las motivaciones derivadas de tales acciones ya que ponen de manifiesto una vez más la urgente necesidad que existe a nivel global de ejercer con responsabilidad política y social el fomento de opiniones y discursos relacionados con la diversidad cultural y religiosa en nuestra sociedad. (…)

En claro contraste, me ha sorprendido conocer un poema a favor del genocidio a los palestinos redactado por un Masón suramericano descendiente de rusos y de religión judía que emigró a Israel hace medio siglo por razones religiosas, en donde ha ocupado cargos importantes en la Masonería de ese país.  


Por mi parte, yo me adhiero a las palabras de los Masones españoles del colectivo “+ del 8%”, cuando piden que “…los responsables de estas matanzas sean llevados al Tribunal Penal Internacional de la Haya…”, (con mayor razón, porque el Estatuto de Roma que lo rige excluye la pena de muerte), ya que me parece que no solo es lo más coherente con nuestros juramentos y promesas, sino además lo más útil para la construcción moral, intelectual y espiritual del Gran Templo de la Humanidad, en que estamos empeñados.